Elecciones y futbol
Nada podemos hacer, las fichas están sobre la mesa, ganadores y triunfadores deben estar dispuestos a respetar lo que pueda definirse en el proceso de elección del presidente en México.Todos debemos estar consientes que el rumbo del país, su política y economía dependerá de la responsabilidad o irresponsabilidad de quienes acudan a las urnas el próximo domingo 2 de julio.
Claro está que en este momento las miradas no están puestas en tal o cual candidato, existen cosas más importantes que el futuro de una nación divida, ahí está a la vista de todos y no requiere de grandes inversiones, el fútbol.
La atención, está centrada en un balón y 22 personas corriendo de tras de el para patearlo y hacerlo llegar al marco del contrario, no hay motivo para ocuparse de AMLO y su contradictorio discurso, tampoco para analizar a Calderón y el cuñado incómodo, mucho menos de Madrazo y su tercer lugar.
Al menos en México, este fenómeno futbolístico podría verse reducido cuando la selección inevitablemente sea descalificada ante su similar de Argentina.
Desde luego la desesperación y la angustia, así como el enojo y posteriormente la resignación llegará a millones de aficionados, quienes en su mayoría guardarán luto de la derrota con una botella de licor en la mano.
Ahora la pregunta será ¿a quien beneficiará la salida de México del mundial? ¿cómo capitalizarla políticamente?, claro está que las declaraciones estarán presentes al concluir el partido y, si bien no todos, los candidatos estarán dispuestos a jalar los reflectores a su favor y acusarse mutuamente de que la selección perdió, en un caso extremo a felicitarse por que gano aunque no hayan intervenido en lo más mínimo.
¿Cuál será el lenguaje que ocuparán los candidatos para no dañar la moral de la población y contar con más votos? ¿prometerán que de ser electos pondrán todo su empeño en formar una selección ganadora del mundial?
Esta idea no es tan descabellada como suena, en este momento ya no importa el discurso, la promesa ni lo que esté en sus manos hacer, lo único que vale es contar con los votos de quienes aún no deciden por quien habrán de votar.
Vale también preguntar ¿quienes sufrirán o celebrarán estarán al pendiente de los candidatos? ¿les interesa realmente lo que pueda opinar tal o cual sobre el fútbol?, pero todo es parte de una estrategia, la verdadera lucha está en las urnas.
Así que la única ventaja para la política y el proceso electoral es que el domingo 2 de julio no hay partido, lo que podrá ayudar a elevar el porcentaje de votantes, lo único que podría evitarlo será que México gane a Argentina y pase a cuartos de final y posteriormente a semifinales, lo que provocará un festejo de varios días y que el de por sí nulo interés de las campañas desaparezca totalmente.
De tal forma que sólo resta esperar en la buena conciencia de nuestra selección y pierda como debe de ser ante Argentina, así la afición tendrá una semana para liberar su tristeza y cumplir con una noble acción civíca, acudir a votar.
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